Fue una estancia poco agradable ya que a pesar de los 29 °C que se registraron en la zona según el AEMET, y tras una reclamación, nos indicaron que no era posible encender el aire acondicionado. El calor que pasamos en aquella habitación fui insoportable por el día. Tampoco pudimos hacer uso del "spa" ya que nos alojamos el último fin de semana de octubre y cerraron la temporada ese mismo domingo aunque caía en 29. Tampoco nos gustó el desayuno que tenía poca variedad y casi todo baja calidad (ni pan, ni café, ni zumos, etc en condiciones).
Sin embargo no todo fue negativo y destacaría la limpieza, tranquilidad, el entorno que rodea el hotel, la atención del personal en general y en particular la señora que preparaba los huevos fritos en el desayuno por su trato amable, familiar y me dio la impresión que era de esas personas que tratan de que estés agusto