En general ha estado bien, aunque no para el precio que se paga.
La habitación es cómoda, la limpieza correcta.
El buffet está muy bien, las cenas de fin de semana hacen comida temática (oriental, mejicana...), aunque para coger pasta o algunos de los platos del show cooking había que hacer colas de hasta media hora.
El todo incluido no está mal, la única pega es que acaba pronto (a las 23) y suele ser de marcas de bebida baratas.
Al principio el personal nos pareció amable, hasta que empezaron a surgir los problemas. El primer día cayó una tormenta eléctrica enorme, cayendo un rayo en el edificio de recepción cayéndose parte del techo, el personal, poco preparado para las emergencias, colocó a todos los huéspedes en el teatro, donde las salidas eran poco accesibles en caso de volver a repetirse el suceso.
Tras pasar el temporal volvimos a la habitación (en el último piso) y encontramos que caía agua de las lámparas del techo.
En recepción sólo nos daban largas, diciendo que el personal de mantenimiento iba a solucionarlo en un momento; sin embargo a las 3 horas de decirlo no se habían pasado aún por la habitación. Su respuesta fue que tenían que atender antes a los clientes de las suites... Tras ello tuvimos que insistir durante otras 2 horas para que nos cambiaran a otra habitación, haciéndolo a regañadientes y sin ningún tipo de compensación por las molestias.
Por ello creo que no volveré a pisar un Barceló en la vida...