Nos desilusionó que no hubiese aguas calientes o sulfurosas para bañarse. Pensábamos que las piscinas con las que cuenta el hotel eran de aguas termales y no es así. Además, ni siquiera están en el hotel, sino en un parque cercano (muy bonito, por cierto), al que puede acudir cualquiera que pague su entrada.
No cuenta con nevera en la habitación.
El desayuno está bien y el personal es muy atento y amable.
El parking es gratuito, pero se encuentra a unos 100 metros de hotel.