No dejaban dormir los huéspedes de a un lado, se supone las bocinas están prohibidas.
Llame a recepción y solamente fueron a decir que bajara la música. Se solicitó un cambio y nunca hicieron caso, no pude dormir bien
Las habitaciones son ruidosas, y comparten puerta, supongo por eso se escuchaba todo.
Hacer reservación en el restaurante italiano fue imposible.
Los meseros casi exigen propina y no atienden bien en el buffet.
Lo único bueno fue el bar, ahí si te atienden rápido y con buena cara.