Hotel limpio, habitaciones amplias y cómodas con buenas duchas. A pocos metros de la playa caminando por el paseo marítimo. Restaurantes y tiendas de ultramarinos también cerca. Lo que más me gustó fue la piscina: Tamaño y profundidad apropiadas, césped, tumbonas y maravillosas vistas al mar. Siempre había gente pero nunca llegó a estar excesivamente llena y siempre había sitio (¡en agosto!). Esperamos poder volver en alguna ocasión.