El hotel no es muy grande lo que facilita moverse de un punto a otro, las albercas están muy bien cuidadas al igual que la playa, pero con mucho sargazo y tienen un área donde resguardan huevos de tortuga hasta su nacimiento. Tienen un equipo de animadores que se organizan muy bien para mantener a la gente entretenida pero en general el personal es apático, te atienden con actitud de fastidio; claro con sus excepciones como el barman Mibsam, el mesero José del restaurante Las Fuentes y la chef del restaurante de pizzas. La comida y los snacks repetitivos, a veces insípidos, recomiendo pedir en las áreas de parrilla huevos, carnes, crepas, al gusto. El restaurante de sushi muy limitado en sus ingredientes, los camarones brillaron por su ausencia, ni en la noche caribeña fueron parte del menú. Las habitaciones bien, limpias, pero son pocas las que cuentan con un balcón, lo cual supone un problema para secar los trajes de baño. Ocupamos 2 habitaciones, una de ellas la puerta no cerraba bien y abría al revés. Las toallas ya muy usadas, despintadas, sin felpa, nunca nos surtieron los artículos de tocador de cortesía como crema, shampoo. El área kids fue un motivo para elegir este hotel, si es cierto que tienen variedad de actividades y el acceso a esta área es controlado, pero en el área de piscina y resbaladillas, donde solo funcionaba una de dos, las cuidadoras se la pasaban llamando la atención (con silbato) a los niños por TODO. Tienen un area pequeña con juguetes (pocos y ma