La playa que tienen es lo único bueno que tienen, el servicio del personal se ve limitado por "políticas del hotel", cuando llegué nadie me ayudó a subir mis maletas al cuarto,no puedes llevarte los snacks a la playa, ni tampoco hay meseros que lleven las bebidas a la playa, en todos los hoteles que me he hospedado, lo permiten, esto pasa por dar oportunidad a otros hoteles, debes de hacer todo tú mismo y consumir los alimentos en los espacios que tienen, el restaurante que tienen de buffete sólo tiene aforo para 84 personas (hay cerca de 450 habitaciones), así que todos los días se hace una inmensa fila para desayunar, comer o cenar, tienen otro restaurante, pero en el desayuno sólo ofrecen menos de la mitad de menú que en el restaurante de buffete, y para la en la noche hay que reservar con un día de anticipación, el restaurante de pizza sólo permite dar una pizza para dos personas, y las dos áreas de snack sólo permiten pedir dos alimentos por persona. Fuimos 4 ocupantes y todos los días tuve que pedir una toalla extra porque sólo me dejaban 3 toallas, un día nos quedamos dos horas sin agua, mi esposo tuve que salir a una tienda a comprar agua de embotellada para poder terminar de bañar a los niños que se quedaron enjabonados, porque al hablar a recepción con la mano en la cintura me dijeron que no sabían a qué hora regresaría el suministro de agua, que por cierto, no avisaron que cerrarían las llaves (esto fue de 5 a 7 de la tarde), el agua de las 3 albercas estaba helada