Recepcion por parte del gerente muy coordial, nos ofrecieron nuestras bebidas de bienvenida y listo, nada de papeleo para que pudieramos empezar a disfrutar. Nos mostraron las diferentes partes del hotel, pues son villas y estan separadas por pasillos/camino/pasto dentro de la misma propiedad. La playa, las diferentes albercas, la zona de restaurant, la recepcion, etc. El hotel es o fue una casa de alguien con buen gusto, las areas estan bien distribuidas en cuanto a espacio, amenidades e inclusive orientacion del sol. La playa es pequeña, requieres de sandalias para surfear para poderte meter lejos de la arena, pero no es problema, pues a 100 metros rodeando las piedras hay otra playa mucho mas grande y con zona para poder entrar al mar sin problemas. No hay ruidos de otras habitaciones, como en los hoteles grandes (tipo dreams, brisas, barcelo, etc) cada quien en su villa sin ruidos ni cruzandote en los pasillos con niños corriendo, o gringos borrachos (con todo respeto). Todo bien. Pero creo que de las mejores cosas, a parte del personal y la atencion, es el desayuno que esta incluido, es como cuando vas de visita con tu abuelita, que te sirve tus chilaquiles, huevos al gusto o alguna otra cosa con la porcion exacta, y sabor con el detalle de haberlo hecho al estilo de la abuelita, delicioso y bastante como para no tener que regresar a dormir una hora para hacer digestion.
Excelente opcion para pasar unos dias cerca del mar.