El hotel es pequeño pero acogedor, no cuenta con gimnasio ni piscina. Está ubicado en San Isidro, cerca de comercios y empresas.
Mi calificación hubiera sido mejor sino fuera por un hecho lamentable que me tocó vivir al final de mi estadía.
Solicité un taxi en recepción para ir hasta el aeropuerto, al mismo tiempo que otras personas hacían lo mismo, por lo que la persona de recepción no consultó ni informó el costo del viaje.
Como todos sabemos, los viajes mas caros en cualquier ciudad son cuando tomamos los taxis dentro mismo del aeropuerto. En el caso de Lima, el costo para ir hasta San Isidro es de S/. 50 (cincuenta soles) con el servicio "Green Taxi". Cuando uno contrata el viaje en sentido inverso, el precio puede variar entre S/. 20 y 40. Mi sorpresa fue mayúscula cuando habiendo cargado las maletas le consulto al chofer por el precio y este pregunta por celular y me dice que son S/. 60 (o sea, 20% mas caro que contratando el servicio dentro del propio aeropuerto). Le dije que me parecía carísimo, me quiso argumentar que los del aeropuerto son mas caros y le dije que no era así, que he tomado muchas veces en el aeropuerto y que el precio era inferior al que me había dicho.
Me pareció un abuso la actitud de dicho servicio de taxi (que no es oficial ya que no tenía placa de taxi) y del hotel por permitir que le hagan eso a sus huéspedes.