El hotel muy bien unas cosas y regular en otras... la habitación cómoda y limpia. El desayuno excelente (el mejor que comimos en los 15 días de viaje) el elevador es para solo 2 personas, y nos tocó la mala suerte de tener de vecinos a un grupo de jóvenes que estaban de fiesta y aunque lo reportamos, no dejaron de hacer ruido. la zona fea, insegura, pero a unas cuadras todo cambiaba, entiendo que no es culpa del hotel, sino más bien de la policía que brillaba por su ausencia. Lo escogimos por su cercanía con la estación central y la vieja Luxemburgo, pero los alrededores de la estación están llenos de malvivientes y aunque no nos molestaron, dan una pésima sensación de inseguridad. No nos atrevimos a salir en la noche a cenar y el restaurant del hotel ya no tiene servicio mas que para le desayuno.