La estancia en general muy buena, las habitaciones limpias y cómodas, el desayuno basto, variado y sabroso y también te facilitan el uso de bicicletas en el hotel que por su ubicación son estupendas para explorar el centro de Pamplona. Lo único que nos disgustó es que las paredes son delgadas y podíamos escuchar a las personas del cuarto de al lado.