El entorno y las instalaciones son maravillosas. Todo está cuidado perfectamente, flores, naturaleza, senderos.
Desayuno fantástico y platos de gran calidad para la cena.
Servicio amable con algunas lagunas en el cheking, pero destacaría con un 10 a Luis. Es un todoterreno, pendiente de que no te falte nada, amable, divertido y encima una noche cantó una canción para deleite de los que estábamos cenando.