Lo mejor del hotel es su situación, a dos minutos del Puente de Rialto y cuatro de Plaza de San Marcos. Personal amable, desayuno con variedad justa pero es comodísimo no tener que salir a buscar cafeterías para desayunar por la mañana. Hotel tranquilo y silencioso. Está muy, muy céntrico sin el agobio de San Marcos. La única pega y que deberían considerar es que no hay enchufes en las mesillas, sólo al lado del escritorio, separado de la cama, y es incómodo tener que dejar cargando el móvil lejos de la cama si se usa como despertador como es mi caso, o para escribir cuando se llega después de estar todo el día visitando esta bella ciudad. Tiene wifi, y un plus comparado con otros que miré es que tienes TV con canales via satélite y por lo tanto el canal internacional de TVE