Lo mejor, sin duda, la ubicacion, en todo en centro de Verona, con infinidad de buenos restaurantes y todas las atracciones a un paso.
Lo peor ir en coche porque no te queda más remedio que dejarlo en un párking público a razón de 18€ al día sin poder moverlo. Si lo sacas te comienza a contar de nuevo, y el párking es muy caro, 3€ la hora con un máximo de 18 al día. Tener cuidado de no aparcar en la parte de arriba de Citadella, son muy pocas plazas al aire libre y luego no podrás bajar el coche.
En recepción hay una chica que habla español, que te explica todo muy bien, por desgracia solo la vimos el primer día, el resto del personal más plano sin ser malo, te ayudan en lo que pueden.
La habitaciones muy amplia, nosotros teníamos un estudio, y el primer día nos dejaron unas cápsulas de café junto con unas botellas de agua incluidas en el precio. Además nos dejaron un detalle muy bueno, aunque prefiero dejarlo como sorpresa.
La cama es cómoda aunque tiene dos edredones individuales que te incomoda un poco más, creo que es algo que deben corregir.
El tema baño tiene una característica que no nos gustó, olía a cañería y traspasaba a la habitación, cuando lo descubrimos simplemente cercanos las dos puertas. Para disimularlo colocan un ambientador eléctrico. El secador de pelo no tiene mucha potencia.
La parte del wifi tiene altibajos, en las horas puntas no va bien y se desconecta, pero al menos cuando llegas al hotel no hay que volverlo a conectar.