El hotel está bastante bien. La habitación era espaciosa y muy limpia. El baño estaba muy bien. No hubo ruido. Tuvimos una estancia muy tranquila pero hay que tener en cuenta que estábamos en diciembre. Habrá que ver cómo es en verano.
No pudimos usar la piscina exterior porque visitamos el hotel en invierno pero sí usamos la piscina interior. La piscina tiene ventanas grandes que dan a la calle. Hay tumbonas y toallas disponibles.
Teníamos régimen de media pensión. El desayuno tenía todo lo normal en los buffets como panes, bollería, fruta, yogur, quesos, embutidos, zumo, cereales, etc. Había algunos platos calientes y también una persona que preparaba huevos, tortillas y tortitas al momento.
En la cena tuvimos una noche de buffet con mucha variedad de comida, todo muy rico. En las otras noches, como no había demasiadas personas alojadas con media pensión, nos ofrecieron cenar en el restaurante donde podíamos elegir todo lo que quisiéramos de la carta. Nos trajeron pan con mantequilla y aceite, además de un pequeño aperitivo mientras esperábamos. Nos sorprendió la mantequilla de fresa, muy rica. Para mi hija de 5 años ofrecieron preparar platos fuera de carta como macarrones, pechuga de pollo con verduras y arroz o patatas fritas, crema de verduras, tortilla francesa con jamón y queso. Todo muy rico.