La ubicación muy buena. Lo primero pone que tiene vistas a la catedral, sería otra habitación, la nuestra daba a un patio de cocinas. Era más caro que el resto de hoteles del pueblo pero decidí reservar en éste por darnos un capricho, y fue una decepción total. La habitación viejisima, el baño todavía más, bañera con una cortina que hoy en día me parece antihigiénico, ni una balda. Ahí no han hecho una reforma desde que lo inauguraron! Y el parking, otra razón por la que elegí el hotel, me dice que está lleno. No entiendo, la reserva incluía parking, sin mencionar que es para el que llega antes. Las almohadas sin sábana, bajé a pedirlas y me las facilitaron. Igual fueron nuestras expectativas, pero fue una decepción.