Detalle que arruina el hotel: una de las recepcionistas, era muy alta, blanca, gorda, y de pelo teñido como con rayos machos, bueno es una vieja prepotente, y odiosa, (no calza para nada en la cultura organizacional del hotel) mi esposa y yo somos jóvenes y no se si por eso ella se quiso pasar de astuta, en tono de burla nos dijo que no teníamos que andar cargando los paños para ir al tobogán, (los andábamos pues veníamos del spa) yo pensé que solo yo había mal interpretado el tono pero al salir de la recepción mi esposa se refirió al tema muy molesta, luego necesitábamos un reembolso de una actividad que pagamos y no estaba disponible y de nuevo con un tono burlesco dijo que "si lo ocupan se los devuelvo". Yo soy administrador y politólogo, mi esposa odontóloga, 20 mil colones no nos hacen pobres pero tampoco nunca nadie nos ha regalado la plata! Esa muchacha no es quien para creerse más que nadie.
Por otra parte las habitaciones están pegadas una de otra, así que se escucha todo!
El restaurante perfectisimo, las termales hermosas, el desayuno exquisito. Fuera de la recepcionista recomiendo 100% el hotel.