Lo mejor: situado justo encima de la línea de tranvía T1, imprescindible para moverse por la ciudad, atascada a todas horas. Muy muy cerca de la zona más monumental. Algún desconchón en los muebles y baño con la mampara un poco mal puesta, pero en general moderno y agradable. Las habitaciones de la cuarta planta tienen terrazas. El restaurante en la planta baja está bien, aunque el desayuno no sea el mejor del mundo. Calle con restaurantes y tiendas, a dos pasos también de el Gran Bazar. Muy buena relación calidad/precio.