El hotel Nena está situado inmejorablemente. Desde él, se puede llegar andando a los monumentos más importantes de la ciudad y la cercanía del metro hace que sea fácil conectar con otras zonas de Estambul, incluso con el aeropuerto. El hotel es un coqueto edificio con habitaciones cuidadas, camas grandes y muy cómodas y diferentes detalles que hacen la estancia más agradable, como son agua e infusiones cortesía del establecimiento o amenities en el baño. Lo peor, el tamaño de la habitación y el hecho de no estar adaptado el hotel para personas con movilidad reducida (no es mi caso, pero creo que se tiene que decir). Seguramente, si vuelvo a Estambul, repita de hotel pero con una habitación más cara, porque la mía era de tarifa económica y daba a un patio interior.