Un entorno muy bonito, unas vistas inmejorables, una habitación preciosa y un hotel recién renovado. En ese sentido todo perfecto.
El desayuno muy repetitivo y siempre escaso (ningún día había agua, siempre faltaban bandejas que tardaban en llegar, faltaban siempre vasos, azucarillos, fruta, pan... todo ). Ya hacíamos broma sobre qué podríamos desayunar ese día en función de las "bajas". El buffet sólo lo atendía una persona y parecía tener la orden de no reponer mucho. Una pena.
Las informaciones que recibimos en recepción sobre visitas y restaurantes en la zona dejaron mucho que desear puesto que dos veces se nos mandó a restaurantes del mismo pueblo asegurando que no hacía falta reservar, que era un paseo y ...estaban cerrados.
En el spa no funcionaba el jacuzzi y no funcionó durante los 7 días que estuvimos allí alojados.