Muy agradable.
Tiene parking en el exterior y unos amplios jardines. El personal muy agradable.
No me gustó que me obligaron a pagar por anticipado.
La ubicación es relativamente buena, porque está cerca (al lado) de la Basílica de Fourviere (merece la pena verla) y el Teatro Romano (una decepción absoluta, sobre todo si eres español).
Lo malo de la ubicación es que bajar a la zona más bonita, el centro histórico, es un rollo a pie, pero hay funicular (aunque no es barato). Yo llevé coche alquilado, menos mal.
El hotel es bonito y en lo referente a la habitación, muy conveniente. La habitación tiene un tamaño adecuado, no muy grande, pero con todo lo necesario. Es muy limpia y confortable.
El baño muy limpio y con zona de íntimos separada. Los amenities muy pobres, eso sí.
En cuanto al desayuno, excesivamente caro. 19 euros por un bufet libre correcto pero sin nada destacable, salvo la amabilidad del personal.