Localizado muy cerca de las galerias Lafayette y la casa de opera Garnier, justo entre las estaciones de metro Cadet y Poissonière, el Hotel tiene un aspecto moderno, las habitaciones no son muy grandes pero son muy cómodas, limpias y funcionales, el desayuno es básico pero suficiente para comenzar el día: café (de máquina), jugo, panecillos, queso y jamón. El Personal es amable y entienden bien el español e inglés.