Es bonito el lugar, nuestra habitación nocera una maravilla, pero estaba bien. El baño impecable. Lo raro, la habitación tenía una puerta que estaba cerrada y comunicaba al parecer a otra habitación, se escuchaban todas las conversaciones de esos viajeros. Atienden bien, aunque un poco serios los recepcionistas, salvo una chica joven que me prestó internet. El desayuno, exquisito! Lo malo, tiene dos ascensores y uno de ellos estuvo malo dos días, por lo que el otro se demoraba mucho en llegar. Estuvimos también dos días sin internet.