Se trata de un hotel que tuvo su buena época, pero le falta modernizarse. La playa realmente es desagradable, llena de gente, y el hotel ocupa un espacio muy reducido de 8 carpas. La piscina está bien, pero no hay suficiente espacio para los huéspedes cuando se trata de alta temporada (como nos tocó). Peor es si alguien quiere estar a la sombra. La zona circundante al hotel está llena de puestos de venta callejera, y también de varios restaurantes y pizerías. El desayuno muy bueno y es bien surtido. El personal de todas las áreas del establecimiento es muy amable y servicial.