Ha sido un placer volver a este maravilloso hotel y comprobar cómo mantienen su excelencia en todos los aspectos que un huésped puede demandar de un hotel de esta categoría.
Atención especial merece su personal mostrando siempre profesionalidad, atención y amabilidad. La experiencia hubiera sido perfecta si no hubiéramos coincidido con el maitre del restaurante que con su actitud y contestaciones inoportunas y maleducadas consiguió disgustarnos ya la primera noche. Lamentablemente no fue una "mala noche", que la puede tener cualquiera, ya que repitió actuación también en el desayuno y cena del día siguiente.
No tengo duda de que la dirección del hotel será conocedora de esta realidad que habrá sido denunciada por otros clientes ni de que sabrá encontrar la manera de evitar que un miembro de su plantilla ponga en peligro el esfuerzo empresarial y trabajo profesional que les distingue.