-Llegada: el estacionamiento y acceso al hotel desde ahí es algo complejo, nada muy difícil pero si viajas desde carretera puede ser un factor más de estrés.
El personal es muy amable y aunque parece ser un detalle mínimo en la llave que te dan tiene un mensajito que te da ánimo.
-Estancia: durante el tiempo ahí, las camas no son muy cómodas y hacen algo de ruido nada más al acostarte o pararte, tampoco están muy duras, se puede descansar.
Se escucha algo de ruido de las otras habitaciones.
La regadera no tiene algún tipo de antiderrapante, recomiendo que te lleves unas sandalias de plástico para bañarte con ellas y no resbalar.
Los detalles marcan la diferencia: cortesías de bebidas, refescos y café en la habitación. Las recamareras acomodaron, al limpiar, una almohada y un peluche que llevo suelo llevar por mi ansiedad (detalle que te da sensación de que les importas). Padezco insomnio y pude dormir relativamente bien.
Volvería a hospedarme ahí.