Llegamos al hotel por la mañana, antes de las 16h que es la hora en la que entregan las habitaciones, me sentí muy mareada y mal debido al viaje en avión, la recepcionista amablemente me ofreció una habitación para que pueda descansar hasta que puedan darme la habitación que nos correspondía, agradezco mucho ese gesto, pude descansar y sentirme bien luego. El hotel tiene una vista privilegiada al mar y hacia la montaña, tiene una piscina de tamaño mediano con tumbonas que fue maravilloso. Recomiendo coger un apartamento con vista al mar, el nuestro fue con vista a la montaña (para el otro tienes que pagar un suplemento) el apartamento es grande, espacioso, la habitación viene con un armario bastante grande y un tocador, el baño dispone de lavadora y bañera, un salón pequeño con tv y una cocina con enseres, nos pudimos hacer varias veces la comida y todo perfecto. Tiene también un práctico tendedero en la terraza y una mesita y sillas.