El castillo de Chantilly es una de las mejores joyas de la corona del patrimonio cultural de Francia. Es obra de un hombre con un destino extraordinario: Enrique de Orleans, duque de Aumale, hijo del último rey de Francia, Luis Felipe. Este príncipe, considerado el mayor coleccionista de su época, hizo de Chantilly el escaparate de sus innumerables obras maestras y preciosos manuscritos.
El castillo sobrevivió a lo largo de los siglos y permanece como estaba cuando el duque de Aumale lo legó al Institut de France en 1886, lo que lo convierte en el lugar perfecto para hacer un viaje en el tiempo al corazón de una residencia principesca.
En homenaje a sus ilustres predecesores, los príncipes de Condé, el duque de Aumale denominó «Museo Condé» a la serie de salas que albergan su colección.

Accesibilidad para personas con discapacidades
Son accesibles en silla de ruedas: los grandes apartamentos (a través del patio principal), el parque, los grandes establos y el Museo del Caballo. También es posible acceder a los apartamentos privados, a la oficina de artes gráficas y a la tienda a través del patio del pequeño castillo.