Empezamos con unos miles de botellas y 20 hectáreas de terreno, y desde entonces hemos más que duplicado ambas, siempre priorizando la calidad. Combinando experiencia, tradición e innovación, elaboramos excelentes vinos fieles a su naturaleza. Desde el principio, nuestro sello distintivo ha sido el uso de cantidades muy bajas de sulfitos añadidos, muy por debajo de los límites legales, con la cantidad exacta que figura en nuestras etiquetas. La sensibilidad de Alex a los sulfitos nos ha llevado a minimizar su uso, asegurando una mayor protección del consumidor. Cada paso de nuestra producción se maneja con cuidado, desde la preparación sostenible del suelo y el recorte "suave" hasta las cosechas manuales. Las uvas se seleccionan cuidadosamente, se prensan suavemente y se fermentan en tanques de acero inoxidable con un control preciso de la temperatura y la oxidación.