Este edificio histórico ha desempeñado numerosos roles a lo largo de los siglos: fue un palacio, una fortaleza estratégica, la residencia de los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, e incluso sirvió como prisión en su tiempo. Declarado Bien de Interés Cultural en 1931 y reconocido como parte del Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1994, este conjunto arquitectónico destaca por su impresionante contraste entre un exterior austero y un interior espléndido. Sus patios y jardines, diseñados con una fuerte influencia mudéjar, son un testimonio de la convivencia de culturas en la ciudad y un espacio que invita a la contemplación. Entre sus atracciones más notables se encuentran la Torre del Homenaje, la Torre de los Leones, el Salón de los Mosaicos y el Patio de las Mujeres, así como sus fuentes y estanques, que crean un ambiente mágico. La visita al Alcázar es una experiencia imprescindible para quienes desean comprender la riqueza histórica y cultural de Córdoba.