Salga a la carretera y diríjase a la mística montaña de Montserrat. Este parque natural, con sus muy peculiares picos, protege la esencia espiritual de Cataluña. Durante casi 1000 años, una comunidad benedictina ha vivido en estas montañas situadas a 60 km de Barcelona. En el camino, escuche algunas historias interesantes sobre Cataluña y su lazo con la montaña sagrada, escenario de peregrinos desde tiempos antiguos y parte de la ruta a Santiago de Compostela. Su guía le compartirá información importante para entender el patrimonio que descubrirá durante el recorrido.

El macizo rocoso de Montserrat fue declarado como Parque Natural en 1987 y se caracteriza por la forma redondeada de sus picos. Esta increíble maravilla de 4000 metros es fácilmente reconocible por su pico "serrado" por el cual recibe su nombre. Una vez que llegue al monasterio, tiene infinidad de opciones y su guía siempre se adaptará a sus intereses. Le invitamos a realizar un sencillo paseo de alrededor de 30 minutos para disfrutar de una de las más impresionantes vistas del parque natural, pero si lo desea, también puede optar por disfrutar de otras actividades que la montaña ofrece.

Visite el monasterio de Montserrat, casa de la imagen serena de la Virgen de Montserrat, la patrona de Cataluña. Una escultura románica polícroma que se remonta al siglo XII.La leyenda dice que en el año 880 algunos de los pastores de ovejas encontraron una estatua de la virgen negra, la "Moreneta", en una gruta. Se construyó una capilla en este sitio que pronto se convirtió en un lugar de peregrinación.

Con su pequeño grupo de 8 personas, decida si desea disfrutar de un paseo en el ferrocarril de cremallera que le llevará a la cima de la montaña sagrada. Disfrute de vistas pintorescas del mar a lo largo del recorrido.

Llegue a la cima de la montaña sagrada para disfrutar de una vista de pájaro de todo el Monasterio de Montserrat y del parque natural. En los días despejados, podrá disfrutar de vistas de toda Cataluña.

Si omitió el funicular, podrá disfrutar el teleférico, un impresionante viaje sobre el valle y el río Llobregat hasta la montaña y el Monasterio de Montserrat.El teleférico empezó a correr en 1930. Viaja a una velocidad de hasta 5 metros por segundo y con una pendiente del 45 %.Se trata de un viaje que no es para los débiles de corazón, viajará a 1350 metros de altura en la montaña en un pequeño coche colgante. Sin embargo, si no tiene miedo a las alturas, le espera una experiencia realmente inolvidable y gratificante.

Si lo desea, también puede optar por visitar el museo de Montserrat. Tiene una selección importante de pintura primitiva que abarcan del siglo XIII al XVIII, con obras de El Greco, Caravaggio, así como una gran colección de pinturas catalanas de los siglos XIX y XX que incluye grandes nombres como Fortuny, Rusiñol, Casas, Picasso y Dalí, y también impresionismo francés como Chagall, Braque, Le Corbusier, Miró, Dalí y Picasso.

Después de la visita de Montserrat, volverá a la carretera para dirigirse a la región del Penedès.Gracias al brillo del sol y del mar Mediterráneo, la región de Penedès alberga una de las variedades de uva más grandes de todas las regiones vinícolas del mundo.Disfrute de unas magníficas vistas de la campiña mientras su guía le explica las características de la zona y la importancia de sus vinos. Le sobrecogerá la sensación de que el tiempo se ha detenido, ya que los alrededores, los viñedos e incluso las tradiciones siguen siendo los mismos de antaño.

Entre las muchas tierras de la zona del Penedès, hemos elegido los lugares más representativos de la producción del cava: La capital del cava San Sadurní de Noya. Podrá descubrir los orígenes de este vino espumoso en la ciudad natal de las más antiguas y tradicionales bodegas. Su producción de vino se remonta a casi cinco siglos de antigüedad.

Por último, la breve excursión a pie por el centro de Sant Sadurní le ayudará a entender la importancia del cava en la evolución histórica de la zona. Existen más de 80 productores locales repartidos por sus calles, donde el auge en la producción de vino de finales del siglo XIX queda patente por las hermosas fachadas modernistas de los edificios del centro de la ciudad.