Explora el pueblo de Mont Saint Michel con un guía turístico autorizado local, te dejará boquiabierto.
Reúnase con su guía turístico y tome el servicio de transporte al Mont Saint-Michel, habrá muchas cosas que ver y hacer.
Una vez allí, caminará por la Grande Rue de camino a la Abadía, donde terminará su visita, al subir verá la iglesia parroquial de Saint-Pierre, rodeada por un cementerio (donde descansa la propia Mère Poulard, Anne Boutiaut) y que alberga una estatua de plata dedicada a Saint-Michel, y dará un paseo por las murallas para disfrutar de la vista de la costa y de un impresionante panorama de la bahía.
El Mont Saint Michel es el segundo lugar más visitado de Francia después de París y una parada turística obligada limita con Bretaña y data del año 966. Desde entonces, el Mont Saint-Michel ha sido un monasterio, una prisión y un monumento histórico.
Es simplemente impresionante. Varias generaciones de constructores han trabajado para hacer del Mont Saint-Michel lo que es hoy y el sitio recibe a más de 3 millones de visitantes cada año. Antes de que se construyera la primera iglesia, la isla se llamaba Mont Tombe y más tarde se convirtió en Le Mont Saint-Michel. Recibió su nombre del arcángel San Miguel cuando se dice que San Auberto, obispo de Avranches, lo visualizó en un sueño.
Si miras hacia arriba, hay una estatua de San Miguel en lo alto de la torre de la abadía.