En el siglo XIX, el pintor francés Rousseau hizo un llamamiento al gobierno para proteger el hermoso bosque Fontainebleau del avance del desarrollo industrial y la deforestación. Movido por su convicción, muchos artistas, incluyendo Millet se establecieron en el pueblo cercano de Barbizon, buscando armonía entre la naturaleza, el arte y la espiritualidad. Más tarde se conocieron como la Escuela de Barbizon, y su trabajo tuvo una profunda influencia en el nacimiento del impresionismo.

Un lugar sagrado donde la naturaleza y la cultura se mezclan en tal armonía se encuentra también en el Japón, Kyoto. La ciudad aún conserva su profunda historia, rica cultura, belleza natural y profundidad espiritual. El sonido del agua que fluye, los jardines cubiertos de musgo y la fugaz belleza de los pétalos que caen despiertan silenciosamente cosas que tendemos a pasar por alto en la vida diaria.

Me gusta especialmente guiar a la gente a los lugares ocultos de Kioto, lugares tranquilos lejos de las multitudes. ¿No te gustaría redescubrir la sensación de vivir cerca de la naturaleza en estos tranquilos rincones de la ciudad?