El refugio es el resultado del gran sueño de Alice: vivir en armonía con la naturaleza y los animales. Tras dejar Roma para instalarse en Cerdeña, dedicó todas sus energías a realizar este proyecto. Gracias al apoyo de numerosos simpatizantes y a sus sacrificios personales, consiguió crear un entorno acogedor para más de 150 animales, rescatados de situaciones peligrosas como los mataderos, el abandono o la explotación. Alice comparte: «La libertad está en el corazón de este lugar, aunque implique sacrificios para garantizar la coexistencia pacífica de diferentes especies. Sin embargo, todo esfuerzo se ve recompensado con la alegría de ver una cabra, que en su día estaba destinada al matadero, correr libre en nuestro espacio».