Al visitar nuestra granja, tendrá la oportunidad de conocer a Vangelis, el dueño de los animales que ha combinado su pasión y amor por la naturaleza y los caballos que traen este establecimiento. Te sorprenderá gratamente explorar su granja y probar su vino casero. Al pasear por la playa aislada, las vistas despejadas al mar, las aguas azules y los acantilados blancos lo acompañarán durante todo el camino. Viñedos de hoja perenne que están meticulosamente tejidos en forma de cesta te rodearán mientras te acercas a la tranquila llanura. Al final de la ruta, se llega al pintoresco puerto de pescadores de Thira, situado en la base de una montaña tallada artísticamente por los fuertes vientos del norte. Volviendo a través de los barrancos volcánicos, y pasando por cuevas naturales, habrá una parada corta para tomar fotos en una pequeña iglesia tradicional pintoresca. Terminamos en los establos disfrutando de una copa de vino casero rodeado de cítricos aromáticos.