El silbido del mistral serpenteando por las callejuelas, el sonido del mar de fondo, los portales de piperno o piedra verde, las naranjas y los limones asomando más allá de los muros de las casas, los adoquines, las iglesias… …en definitiva, las callejuelas sarracenas, un lugar donde merece la pena “perderse” y captar esos detalles de la arquitectura mediterránea que en otros lugares han desaparecido por completo.Necesidades tácticas de países donde los asaltos de piratas y conquistadores varios estaban a la orden del día. De alguna manera tenían que defenderse de la furia “sarracena”, los habitantes de Forio habían decidido hacer la vida difícil a los que desembarcaban con intenciones poco pacíficas: avistar y huir, esa era la táctica. Las torres foráneas cumplían la primera función, los laberintos de calles estrechas y las altas murallas de estos castillos-palacios cumplían la segunda. Después de todo este duro trabajo, una parada para degustar los productos elaborados por manos expertas foriane.