Aunque los turistas la pasan por alto, la capital de Bulgaria es una ciudad llena de historia. Desde las ruinas de 2000 años de antigüedad hasta las mezquitas otomanas de la Edad Media y las cúpulas más nuevas en forma de cebolla de las iglesias ortodoxas repartidas por toda la ciudad, Sofía es un lugar que te convencerá de quedarte y explorar un poco más. La herencia de la época comunista soviética es innegable en esta ciudad, y nos aseguraremos de que comprenda lo que significaba vivir bajo el sistema. Dará un nuevo giro al lema de Sofía: «Siempre creciendo pero nunca envejeciendo».
Venga a ver la catedral ortodoxa más grande del mundo, la Alexander Nevski, que tiene una capacidad de 10 mil personas y es la sede del Patriarca de Bulgaria. Tampoco hay que perderse la iglesia de Santa Sofía, la segunda iglesia más antigua de la ciudad y que da nombre a la capital de Bulgaria. Otro punto de interés al que te llevaremos es la famosa iglesia rusa, en el sitio de una antigua mezquita turca, y el edificio más fotografiado de Sofía.