Escondido entre Génova y La Spezia, justo al norte de la Toscana, se encuentra un tramo de costa escarpada como ningún otro: Cinque Terre. Cinco pueblos se aferran a acantilados sobre el mar, envueltos en color y empapados de siglos de tradición. Parece una postal, pero viajar allí por tu cuenta no es tan soñador.
Estos pueblos se encuentran dentro de un parque natural protegido, el Parco Nazionale delle Cinque Terre, donde los automóviles están desaconsejados, las carreteras son sinuosas y estrechas, y el estacionamiento es raro. Incluso en tren, enfrentarás horarios abarrotados y estaciones concurridas. Es por eso que una visita guiada no solo es conveniente, sino que es la clave para desbloquear el verdadero corazón de las Cinque Terre.
Una guía le ayuda a experimentar la región de manera profunda y sin esfuerzo. Desde encontrar la ruta de senderismo perfecta hasta señalar miradores ocultos, te ayudan a enfocarte en la belleza en lugar de la logística. Ahorrarás tiempo, saltarás el estrés y disfrutarás cada momento con energía de sobra.
Comienza tu día en Florencia
El recorrido comienza en la icónica plaza del Duomo de Florencia. Desde allí, saldrás en un cómodo minibús, pasando por las colinas toscanas en tu camino a la costa.
Tu primera parada es Manarola, donde coloridos edificios caen en cascada hacia el mar. Es un lugar tranquilo para explorar y empaparse del encanto. A continuación, suba a un tren a Vernazza, un pueblo perfecto para tarjetas postales conocido por su puerto, castillo medieval y pintorescas piazzas.
Luego, se pasa a Monterosso al Mare, el más grande de los cinco. Relájese en sus playas, visite la Iglesia de San Giovanni Battista o suba a la colina Cappuccini para disfrutar de vistas panorámicas.
Desde Monterosso, tome un paseo panorámico en barco hasta Portovenere, una ciudad menos conocida pero impresionante con una costa espectacular. Explore la Iglesia de San Pietro y el castillo de Doria, y no se pierda la Gruta de Byron, donde el poeta nadó en busca de inspiración.
Por último, el barco te lleva a La Spezia, donde tu camioneta espera un relajante regreso a Florencia, tu corazón lleno y tu cámara rodar aún más.