No pude descansar muy bien debido a que me asignaron una habitación que da a una avenida muy transitada y el grosor del vidrio no es el suficiente para aislar el constante ruido vehicular. La zona en la que está el hotel es residencial y de edificios corporativos por lo que es muy segura, limpia e invita a largas caminatas. La desventaja es que queda muy lejos del centro de Bogotá y para trasladarse a esa zona siempre hay trafico intenso mañana, tarde y noche. Lo recomendable es utilizar el Transmilenio (autobus articulado con carriles confinados), su servicio es muy eficiente y económico pero la estación más cercana (Calle 106) queda a 20-25 minutos caminando (lo cual yo preferí el tiempo que estuve ahí). No recomiendo el uso de taxis amarillos para trasladarse de o hacia el aeropuerto, son muy deshonestos en sus tarifas, es mejor solicitar el servicio que proporciona el hotel, es seguro y a precio fijo sin importar cuanto trafico haya (25000 colombianos, 13USD). El desayuno no es tan bueno como otras reseñas mencionan, apenas lo necesario para salir e ir a buscar un almuerzo de medio día.