Nos alojamos en un bungalows circular, con una cama grande y un cuarto de baño muy amplio y cómodo. Con un armario grandísimo y unos ventanales espectaculares, aunque la terraza no estaba a la misma altura que el bungalows y no era cubierta, por lo que si llovía o hacia mucho calor (que es lo normal en Montezuma) no podíamos aprovecharla. El aire acondicionado viene muy bien para descansar a cualquier hora del día.
Flor nos trató de maravilla, ofreciendo consejos sobre los bares y restaurantes del pueblo, y sobre todo lo que se podía hacer por la zona.