Un entorno tranquilo, muy cercano a lugares de interés como las Médulas, Astorga, Ponferrada. La casa preciosa y el trato increíble. Aún no hacía tiempo para usar la piscina, pero si para disfrutar al sol un rato viendo el paisaje. El desayuno nos encanto, un pequeño buffet con fruta, distintos tipos de panes y bizcochos caseros, salados y dulces, cereales, zumo... No se puede pedir más. Repetiremos y lo haremos acompañados.