El encanto sencillo de Isla Mackinac es perfecto para visitantes que disfrutan de la tranquilidad. Su gran parque estatal ofrece una amplia variedad atracciones para observar, además de muchas actividades al aire libre, como senderismo y esquí a campo traviesa en invierno.
Para llegar a la Isla Mackinac lo mejor es tomar el transbordador desde Mackinaw City o desde St. Ignace. Los transbordadores funcionan a diario durante el verano. Los coches están prohibidos en la isla desde hace más de 100 años, así que las principales formas de moverse son en bicicleta, a caballo o a pie.
Toma un tour en carruaje por la isla o renta una bicicleta en las compañías de alquiler en la isla. Si prefieres, también puedes traer tu propia bicicleta en el transbordador, aunque esto te costará una pequeña tarifa.
La mejor época para visitar Isla Mackinac es durante los meses más cálidos, que inician en mayo y van terminando cerca de agosto. La isla funciona como resort invernal también, y ofrece atractivas caminatas y esquí a campo traviesa. Durante el invierno es posible ver el famoso "puente de hielo" que se forma cuando se congela el agua entre la Isla Mackinac y St. Ignace alrededor de febrero.
La historia de Mackinac como un resort de verano en la época victoriana puede apreciarse en su arquitectura, con ejemplos como el Grand Hotel, aun operativo hoy día.
El camino que recorre el perímetro de Isla Mackinac es de tan solo 13.3 kilómetros (8.3 millas), indicativo del pequeño tamaño de la isla, por lo que se puede visitar en pocos días. Asegúrate de visitar los sitios destacados, incluyendo el histórico Fuerte Mackinac (que una vez sirvió de puesto militar de avanzada y hoy es una experiencia cautivante para visitantes), el parque Great Turtle y los santuarios de mariposas. La línea costera alrededor de la isla tiene una bella combinación de acantilados, playas y marinas.
La Isla Mackinac también es famosa por su variedad de tiendas de dulces y caramelos, tales como Murdick's Fudge, que usa mantequilla, crema y sabores naturales. No te sorprendas si la gente te llama "fudgie" (carameloso) es el apodo que se le da a los turistas.