El Hotel se encuentra en ubicado en el corazón del centro histórico de Lisboa y cerca de la línea del metro y paradas de transporte público. La decoración es fantástica y muy original. Las habitaciones son mas lindas que funcionales y a mi parecer hace falta sitio para colocar las cosas (repisas, mesitas) también en el baño. La cama doble es muy pequeña y la habitación de los padres tiene 2 camas separadas. Nuestros hijos (niño 13 y niña 12 años) no quisieron dormir en la cama doble y para una pareja de personas altas esta es demasiado pequeña (1.40x 2 mts). Las ventanas no son muy gruesas con lo cual se cuela mucho ruido de la calle, sobre todo el de la construcción de enfrente que comienza a trabajar a veces hasta las 4am!!! y normalmente a partir de las 5am. Por otro lado, dado que el edificio es viejo no esta bien aislado contra el ruido, comenzando porque el piso es de madera original de esa que truena al caminar. La mala suerte fue que nuestros vecinos de arriba parecían no dormir o lo hacían a horarios muy diferentes a los nuestros con lo cual era difícil conciliar el sueño por el crujir de la madera con cada paso. Los dueños debieran, antes de rentar habitaciones, asegurarse de que este factor este controlado. No dormimos ni una noche bien y de corrido.