El riad es muy bonito, como podéis ver en las fotos, no decepciona.
La única pega sería la localización, en un callejón oscuro (como lo suelen estar todos los riads).
En cuanto a las instalaciones, está todo muy bien decorado. La cama un poco dura y la almohada blanda.
Por lo que respecta al personal, el desayuno muy bueno, la limpieza muy cuidada y sobretodo, amables, atentos y muy alegres. En especial destacar la buena atención de Mohamed, que en todo momento nos ayudó y tranquilizó, al llegar nos instaló una aplicación de mapas para movernos por Marrakech, y estuvo pendiente de que nuestra estancia fuese perfecta y nos ayudó muchísimo.
Recomendamos el riad sobretodo por esto: por el desayuno y su gente!