Lo mas importante: bien localizado, al inicio del Paseo Montejo, en una calmada calle. El restaurante, aunque con menu limitado, es bueno. Si no, hay varias opciones cerca, desde el Mercado Santa Ana, hasta restaurantes gourmet. Las habitaciones, amplias, con una hamaca adicional. El servicio es muy esmerado, al ser pequeño el lugar te reconocen fácilmente y están dispuestos a ayudar para cualquier deseo que tengas.