Hotel tradicional. La situación es excelente, céntrico pero tranquilo, se oía algún ruido en la calle pero no molestaba en absoluto para el descanso. La habitación era grande y disponía de todas las comodidades y servicios que podías esperar, algunas que, por desgracia, ya hemos perdido en los hoteles en España en la actualidad. El desayuno también bueno y variado. Atención apropiada y amable del personal, tanto de la recepción como del desayuno. Si se le puede poner algún pero es que el baño era un poco pequeño aunque tenía todo lo necesario y estaba bien renovado. Un hotel para recomendar y repetir cuando vuelva a Munich