Es como un antiguo convento reformado, muy limpio. Fuimos en invierno y no pasamos frio en la habitación, además nos tocó una con terraza. El desayuno esta muy bien, hay de todo (fruta, lacteos, bolleria, tostadas...) El ultimo dia, nos dejaron que dejasemos las maletas en consigna de forma gratuita el dia completo.
El barrio por la noche es un poco solitario, pero no tuvimos ningun problema.
Muy agradable en general, lo recomendaria.