Las habitaciones individuales que nos dieron fueron tan sumamente pequeñas, que ducharse sin darse un golpe, el inodoro estaba tan encastrado entre la pared y la ducha que parecía de un hotel barato, y no de un cuatro estrellas.
La cama era comoda pero la decoración para nada moderna, ni actual, era todo como de los años 80.
La verdad es que las 4 estrellas con las dos habitaciones que nos dieron a nosotros no correspondían.
Para eso, mucho mejor cualquier IBIS.