El hotel en realidad es un motel, huele a lejía, no pude cancelarlo porque me lo iban a cobrar, queda lejos de Rosarito, hice 35 minutos caminando hasta el centro (porque no me aceptaba ningún Uber o Didi por lo “lejos”), la persona que atendió en recepción fue demasiada pedante y solo aceptan efectivo, en cambio la de limpieza fue súper amable. La cama estaba demasiado dura, pero por el precio, hubiera preferido pagar un poco más (lo que me ahorro en Uber o Didi y me quedo en el centro de Rosarito)