Por Expedia Team, el June 25, 2016

3 días perfectos en París

¿Es tu primera vez en la capital francesa? Esto es todo lo que necesitas para disfrutar al máximo. Con este itinerario, cubrirás los lugares turísticos más visitados y pasearás por las calles de la Ciudad de la Luz, con baguette en mano, como si hubieras vivido ahí toda tu vida.

Día uno:

Organízate

Primero, decide cómo te vas a trasladar durante tu estancia. París tiene uno de los sistemas de transporte público más grandes del mundo, así que puedes seguir el ejemplo de los verdaderos parisinos y moverte a toda velocidad en el metro. La tarjeta Paris Visite es válida por 1, 2, 3 o 5 días y te otorga acceso ilimitado al metro, los autobuses de la ciudad y los trenes que van hacia lugares como Versalles, Fontainebleau y Disneyland® Paris, según la zona que elijas. Además, la tarjeta te ofrece descuentos especiales en algunos museos y algunas atracciones de la ciudad.

Fontainebleu

Conoce los alrededores

Toma un croissant y un café para comenzar el día como todo un francés. Después, elige una actividad para orientarte. Un paseo en turibús te llevará a las principales atracciones de la ciudad y por los barrios más famosos, además de que te puedes bajar donde quieras para ver de cerca los lugares que te interesan, ya sea que prefieras caminar en las colinas de adoquín de Montmartre o ver los escaparates de Saint-Germain-des-Prés. Si buscas una experiencia más personalizada, un paseo guiado en auto clásico 2CV por la ciudad es una manera inolvidable de explorar las calles.  Al pasar por el centro de la ciudad, detente en Notre Dame. La impresionante arquitectura gótica de esta catedral te sorprenderá, y podrás subir a la cima de las torres para disfrutar la fantástica vista del Siena y la torre Eiffel.

Come como los locales

Busca una cafetería para la hora de la comida. La mayoría de los lugares en París tienen un menú especial para la hora de la comida, así que podrás disfrutar 2 o 3 tiempos con platillos de cocina francesa y una buena copa de vino, por supuesto. Para el postre, puedes disfrutar una galleta tipo macaron de Ladurée, o una bola de helado de Berthillon, en Ile St. Louis. Si realmente quieres comer como parisino, un tour de mercado y clase de cocina en el barrio te ofrecerá una introducción a la cocina francesa y a la cultura de los mercados al mismo tiempo.

Recibe una dosis de cultura

Por la tarde, visita uno de los famosos museos de París. Podrías pasar horas paseando por los salones del Louvre, admirando a la Mona Lisa o contemplando la decoración de los departamentos donde vivió Napoleón. Hay guías auditivas disponibles en el museo, o puedes solicitar un guía personal para escuchar toda la información directamente de los expertos. Si prefieres el impresionismo, dirígete al Musée d’Orsay. Este museo, ubicado en una antigua estación del tren, es un poco más pequeño y cuenta con una increíble colección de obras de artistas como Monet, Van Gogh y Degas.

 

Disfruta la ciudad por la noche

Termina tu primer día en París sobre el agua, descansando los pies mientras contemplas la vista de la ciudad desde un crucero por el río Siena. Descubrirás que el apodo de París (la Ciudad de la Luz) es perfecto cuando veas los monumentos iluminados al anochecer. Disfruta una cena a bordo y bebe champagne mientras brindas con las luces titilantes de la torre Eiffel.

Día 2

Visita un monumento famoso

bicicletas en Versaille

Levántate temprano y dirígete al Palacio de Versalles. Este palacio espectacular está a un corto viaje en tren del centro de la ciudad y merece que pases al menos medio día visitándolo. Camina por la Sala de los Espejos y conoce cómo era la vida de la realeza en el siglo XVIII en los aposentos del rey y la reina. Pasa junto a las fuentes y las esculturas que hay en los jardines mientras avanzas hacia el Trianon y la aldea de María Antonieta, donde la desafortunada reina trabajó como campesina en una granja de verdad. Hay mucho espacio por recorrer, así que una buena opción para poder ver todo lo que quieres es pasear por los jardines en bicicleta. Disfruta una comida bajo la sombra de los árboles en el restaurante que está cerca del Gran Canal, o compra algunas delicias gourmet en el mercado para deleitarte con un día de campo sobre el césped.

Compra todo lo que quieras

París es el paraíso de los compradores y tiene algo para todos los gustos, desde antigüedades fantásticas y comida deliciosa hasta prendas de los mejores diseñadores. Camina por tu cuenta o recorre las calles con un habitante de la ciudad para recibir consejos de los expertos. Puedes dirigirte a los tianguis de Clignancourt para cazar tesoros y buscar objetos antiguos, o contemplar los escaparates del Barrio Latino con una visita a los lugares como Shakespeare & Co. o a una de las tiendas de queso más populares. También puedes visitar las grandes tiendas departamentales, como las Galerías Lafayette o Printemps, y disfrutar una bebida en la azotea mientras relajas los pies después de varias horas de caminata.

Asiste a un espectáculo con estilo

Prepárate para salir en la noche y dirígete a uno de los famosos cabarets de París. Puedes deleitarte con una buena cena y una copa de champagne mientras disfrutas el espectáculo de cancán en el emblemático Moulin Rouge, en Montmartre. O puedes visitar el Paradis Latin, el edificio diseñado por Gustave Eiffel, para disfrutar un espectáculo animado con acrobacias. El espectáculo del Crazy Horse es un poco más provocativo, solo para adultos, por supuesto, y el Mugler Follies muestra un enfoque más moderno de esta tradición parisina. Regresa en metro a tu hotel o sigue disfrutando la vida nocturna de la ciudad mientras tomas una bebida en una cafetería y observas a la gente desde una mesa exterior.

 

Día 3

Busca actividades fuera de lo común

Aunque las calles de adoquín de París y su arquitectura al estilo de Haussman le dan un gran encanto histórico, esta ciudad también tiene un lado más contemporáneo. Dirígete al Centro Pompidou, el museo de arte moderno de París, y contempla la arquitectura moderna y colorida que parece como si el edificio estuviera al revés. Observa las exhibiciones temporales y permanentes o camina hasta el restaurante para beber un café mientras disfrutas la vista.

Esta ciudad tan animada también es una de las más diversas del continente. Dirígete a la Gran Mezquita de París para contemplar sus alminares y sus hermosos mosaicos y fuentes. La mezquita, fundada en 1926, tiene una sala de té que es un punto ideal para tomar un descanso del bullicio de la ciudad. Prueba un té de menta con pastitas de Marruecos y admira los detalles dorados de este oasis de serenidad.

Vive una experiencia única en París

Tienes que visitar la estructura más emblemática de la capital: la Torre Eiffel. Asegúrate de adquirir tus boletos con anticipación, pues las filas pueden ser muy largas. Sube en el elevador hasta los miradores y contempla la ciudad desde las alturas o, si te hace falta un poco de ejercicio, sube por las escaleras hasta la cima. Puedes quedarte a comer en uno de los restaurantes de la torre o comprar provisiones en los alrededores y tomar el almuerzo en el Campo Marte, donde puedes sentarte en el césped y ver la torre Eiffel mientras descansas.

Admira una vista de postal

Cruza el Siena y dirígete al boulevard de los Campos Eliseos. Esta avenida tiene muchas tiendas famosas, desde Cartier hasta Louis Vuitton. Observa los escaparates mientras caminas por la avenida hacia el Arco del Triunfo, que es un monumento lleno de orgullo que se construyó para celebrar la victoria del emperador Napoleón en Austerlitz. Sube los escalones hacia la cima del arco y disfruta la vista espectacular del laberinto gris de techos de edificios con la torre Eiffel como el punto principal de este bello paisaje urbano.

Termina el día de manera romántica

Termina tu día con una cena en un restaurante clásico francés, de preferencia uno que tenga una decoración al estilo Art Deco y ese toque característico de un je ne sais quoi moderno. Siéntete transportado a la Belle Époque mientras disfrutas varios platillos, bebes deliciosos vinos y escuchas la música de acordeón que le da la nota final al ambiente perfecto. Después de todo, ¡esta es la ciudad del amor!